En este momento estás viendo Comenzar Pilates como es debido

Comenzar Pilates como es debido

Cada semana me encuentro con personas que llegan al estudio buscando en el Pilates una solución a sus dolores o limitaciones.
Pero no siempre se empieza por el camino correcto.
En este artículo comparto mi experiencia y explico por qué es fundamental respetar las etapas, los niveles y la diferencia entre un Pilates terapéutico y un Pilates de grupo.

Comenzar Pilates como es debido: la importancia de hacerlo bien desde el principio

Cada semana me encuentro con personas que llegan al estudio porque su médico o fisioterapeuta les ha recomendado “hacer Pilates máquina”. A veces vienen con problemas importantes: lesiones antiguas, limitaciones de movilidad, debilidad general o simplemente falta de control corporal.
Y aunque el consejo de “haz Pilates” puede sonar muy acertado, la realidad es que todo depende de cómo y dónde se empiece.

No todos los cuerpos son iguales, ni todos los puntos de partida son los mismos. Hay quien nunca ha hecho ejercicio, quien arrastra molestias crónicas, quien se considera torpe, o quien viene de otras disciplinas como el yoga o el entrenamiento funcional pensando que el Pilates será algo parecido.
Y no lo es.


El error de querer empezar por el tejado

Uno de los errores más frecuentes que veo es querer empezar directamente en un grupo de máquina o en una clase de nivel medio o avanzado, sin pasar por una base sólida antes.
Hace poco tuve una alumna que insistió en incorporarse a un grupo “básico”, pero ese grupo lleva conmigo tres años. Es una persona constante, muy voluntariosa, pero con un nivel de control corporal muy bajo y dificultades de coordinación.
Le expliqué que, por su situación, lo ideal era empezar más despacio, reforzar las bases y, si era posible, trabajar primero con un fisioterapeuta antes de integrarse en un grupo.
Aun así, quiso probar. Y al poco tiempo se dio cuenta de que no era el momento, de que la clase le quedaba grande y de que necesitaba más atención de la que puedo ofrecer en un grupo de seis personas.
No lo cuento como crítica, sino como ejemplo de algo muy común: querer avanzar antes de construir la base.


Pilates terapéutico no es lo mismo que Pilates en grupo

Otra confusión habitual es la del llamado Pilates terapéutico.
Ese tipo de trabajo está destinado a personas con patologías específicas, y debe ser impartido por un fisioterapeuta.
Un fisioterapeuta puede adaptar los ejercicios a cada lesión y valorar la evolución del cuerpo desde un punto de vista clínico.
En cambio, en una clase de grupo —aunque sea de nivel bajo—, el enfoque es distinto: trabajamos técnica, control y progresión, pero no tratamos lesiones ni aplicamos terapia.
Por eso, cuando un médico recomienda “Pilates máquina” a alguien con dolencias importantes, sin más explicación, el mensaje queda incompleto y puede ser incluso peligroso.


Las máquinas no son para todos al principio

Las máquinas de Pilates son maravillosas. Permiten mejorar la fuerza, la movilidad y el control del cuerpo de una forma muy precisa.
Pero también exigen coordinación y estabilidad.
En personas mayores o con dolencias propias de la edad, pueden ser una gran ayuda… o un riesgo, si no hay una base previa.
Cuando se empieza sin conciencia corporal o sin haber trabajado antes en el suelo, la máquina puede amplificar errores o generar tensiones donde no debería.
Por eso siempre insisto: antes de la máquina, hay que pasar por el suelo. Hay que construir desde el principio, aprender a respirar, estabilizar y moverse con control. Solo así la máquina se convierte en una aliada y no en un obstáculo.


Lo difícil de equilibrar un grupo

Desde fuera puede parecer que organizar clases es solo cuadrar horarios y niveles, pero no es tan sencillo.
En un grupo de 5 o 6 personas puede haber alguien con una limitación física importante, otra persona muy avanzada, alguien que acaba de empezar, y otra con poca conciencia corporal… y equilibrar eso sin perjudicar a nadie es realmente complicado.
Intento que cada persona esté en el grupo que le corresponde, pero a veces nos encontramos con alumnos que se empeñan en entrar en un nivel que no les toca, o que no quieren empezar por la base.
Y aunque siempre tratamos de adaptarnos, hay límites: no se puede bajar el nivel de una clase entera por una persona.
A veces lo hacemos por necesidad, porque un centro también tiene que sobrevivir, pero no deja de ser una situación difícil y poco ideal.


Empezar bien es invertir en salud

Comenzar Pilates como es debido no significa ir más despacio, significa hacerlo bien.
Escuchar las recomendaciones, respetar el proceso y entender que cada cuerpo necesita su tiempo.
El Pilates es una herramienta increíble para mejorar la fuerza, la postura, el equilibrio y la calidad de vida… pero solo cuando se practica con sentido, con progresión y con respeto hacia el propio cuerpo.
Y cuando se entiende que el Pilates terapéutico pertenece al ámbito sanitario y debe ser guiado por fisioterapeutas especializados.

Deja una respuesta